
Conviviendo con tus hijos adultos
Si tienes hijos adultos, sabes que la paternidad no termina cuando tus hijos cumplen dieciocho años. En muchas maneras, se vuelve más complicada. Tanto tu mente como tu corazón están involucrados como nunca, ya sea que tus hijos vivan bajo tu mismo techo o rara vez te contacten.
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SESIÓN 1: ESTÁS DESPEDIDO (ASÍ QUE CÁLLATE)
Si tienes hijos adultos, sabes que la paternidad no termina cuando tus hijos cumplen dieciocho años. En muchas maneras, se vuelve más complicada. Tanto tu mente como tu corazón están involucrados como nunca, ya sea que tus hijos vivan bajo tu mismo techo o rara vez te contacten.
SESIÓN 2: SIGUE APRENDIENDO
Si tienes hijos adultos, sabes que la paternidad no termina cuando tus hijos cumplen dieciocho años. En muchas maneras, se vuelve más complicada. Tanto tu mente como tu corazón están involucrados como nunca, ya sea que tus hijos vivan bajo tu mismo techo o rara vez te contacten.
SESIÓN 3: DESDE PERSISTIR HASTA EL LANZAMIENTO
Si tienes hijos adultos, sabes que la paternidad no termina cuando tus hijos cumplen dieciocho años. En muchas maneras, se vuelve más complicada. Tanto tu mente como tu corazón están involucrados como nunca, ya sea que tus hijos vivan bajo tu mismo techo o rara vez te contacten.
SESIÓN 4: VALORES DIFERENTES
Si tienes hijos adultos, sabes que la paternidad no termina cuando tus hijos cumplen dieciocho años. En muchas maneras, se vuelve más complicada. Tanto tu mente como tu corazón están involucrados como nunca, ya sea que tus hijos vivan bajo tu mismo techo o rara vez te contacten.
SESIÓN 5: DINERO, DINERO, DINERO
Si tienes hijos adultos, sabes que la paternidad no termina cuando tus hijos cumplen dieciocho años. En muchas maneras, se vuelve más complicada. Tanto tu mente como tu corazón están involucrados como nunca, ya sea que tus hijos vivan bajo tu mismo techo o rara vez te contacten.
SESIÓN 6: LAS OTRAS RELACIONES
Si tienes hijos adultos, sabes que la paternidad no termina cuando tus hijos cumplen dieciocho años. En muchas maneras, se vuelve más complicada. Tanto tu mente como tu corazón están involucrados como nunca, ya sea que tus hijos vivan bajo tu mismo techo o rara vez te contacten.